Lo que sigue es un extracto de un libro que me ha encantado. Ha sido escrito hace mucho tiempo, por lo que está ya un pelín desfasado (de aquella no había nacido, por ejemplo, el proyecto Seti).
Es un libro, que trae información más allá de los hechos inexplicables que actualmente conocemos, en especial gracias a la difusión del hecho internet.
Intentaré escribir sobre algunos de las originales propuestas de Maurice Chatelain, como esta que cuento ahora, sobre QUE LA COMUNICACIÓN QUE SE ESTÁ BUSCANDO CON EL PROYECTO SETI, SE HA PRODUCIDO YA:
"En Green Bank, Virginia Occidental (USA), hay un
observatorio de la National Science Foundation, que está consagrado a la Radioastronomía, es decir, a la recepción y estudio de todas las señales electromagnéticas llegadas del espacio, tanto de origen natural como artíficial.
A principios del año 1961,
Otto Struve y
Frank Drake, director de observatorio y ayudante, respectivamente, pusieron en marcha el
proyecto Ozma de escucha espacial, destinado a comprobar si existían otras civilizaciones en el espacio que intentaban entrar en contacto con la nuestra.
Tratábase de un proyecto civil oficial, pero cuyo secreto objetivo, era, quizás, el de demostrar de una vez para siempre que no existían civilizaciones extraterrestres en el espacio, y que, por lo tanto, los platillos volantes eran fruto de la imaginación de quienes pretendían haberlos visto.
Nadie esperaba lo que iba a ocurrir,ni siquiera los que se habían tomado tantas molestias para conseguir que la experiencia fuera autorizada.
Por una razón difícil de explicar, se pensó que había más posibilidades de triunfar, comenzando por la estrella Tau Ceti,o si se prefiere, la estrella T, de la Constelación de la Ballena, que está situada cerca de el ecuador celeste y al lado de la Constelación de Aries. (
La misma estrella que en la actualidad se considera no debe albergar vida por el "exceso" de materia que multiplica las posibilidades de colisiones)
La enorme antena parabólica del observatorio, fué pues, orientada en esta dirección.
No habían transcurrido aún diez minutos, cuándo el registrador comenzó a inscribir señales potentes, espaciadas de modo irregular, en la que los especialistas veían sin discusión posible, un mensaje en clave, transmitido por un ser inteligente, procedente sin duda de un planeta en órbita de Tau Ceti.
Al cabo de unos minutos las señales cesaron, dejando a quienes se hallaban allí, estupefactos, incapaces de pronunciar una palabra.
CUANDO RECUPERARON EL HABLA DECIDIERON DE COMÚN ACUERDO, NO DECIR NADA A NADIE, hasta que hubiese sido adoptada una decisión oficial, al respecto.
Pero como de costumbre en los proyectos secretos, se produjeron algunas filtraciones, y la prensa acabó por saber lo ocurrido.
Los astrónomos recibieron la orden de desmentirlo todo.
Galileo había pasado por una experiencia semejante trescientos años antes.
Los hombres de ciencia, tuvieron que dirigir un comunicado oficial a la prensa, en la que declaraban que se habían equivocado, que no habían recibido nunca ningún mensaje del espacio y que las señales registradas procedían de una estación militar ultra-secreta de cuya existencia no tenían conocimiento. Así llegó a su fin el proyecto Ozma. Había durado unos minutos.
Si un día llega un mensaje de Tau Ceti, de Alfa Centauro, o € Eridani, que son nuestros vecinos más próximos, no se sabrá nunca nada, y podremos seguir durmiendo tranquilos, como si los extraterrestres no existieran"
Fuente: Nuestros Ascendientes llegados del cosmos. Maurice Chatelain. Página 228-229. Editorial Planeta